DÍA SIETE: EXCURSIÓN A "BIR ALI"

La primera visita que hicimos fue la del mercado de Mukalla, como siempre los mercados todos contenian l0 mismo y l0 recorríamos de un lado a otro aguantando calor. Unas mujeres yemenitas quisieron vendernos mirra en una cajita, estaban totalmente vestidas de negro con el velo cubriendo la cara, aprovechando que hablaban con Carmen yo intente hacer una foto pero enseguida se dieron cuenta y se apartaron, ninguna mujer yemenita permite que le hagan fotos incluso teniendo la cara cubierta, es como entrar en su intimidad y ofenderla, algo así como el ir sin velo se sienten como desnudas. Hacía un calor impresionante como todos los días, yo cada vez me sentía mas débil; cuando ví que Mohamed venía detras de nosotros Ie dije que estaba muy mareada, si me acompañaba a tomar un té, así l0 hicimos; nos sentamos en una terraza que tenía un poco de sombra y recuerdo que el camarero no quiso cobrarnos, un detalle por su parte. Luego me acompañó a telefonear a España, llame a Carlos (mi novio), hablé un gran rato ya que nunca encontraba la ocasión, cuando hablaba sonreía, entonces Mohamed que estaba fuera de la cabina me miraba con cara sospechosa y cuando terminé me dijo: "hablaste mucho" pero no me preguntó con quien. Al cabo de una hora regresamos a los coches que estaban al lado del muelle para continuar la ruta y el guia (Mansour) Ie hechó una bronca a Mohamed en arabe, aún faltaban diez minutos no era tarde pero creo que estaba celoso porque su conductor me acompañaba. Continuamos ruta hacia Burún un pueblo de pescadores que estaba justo al lado de la carretera nos bajamos de los coches y allí mismo contemplamos como pescaban en unas barcas muy largaritas, incluso desde el mismo agua con una especie de lanzas clavandolas directamente en los peces.

En este lugar el color de la piel de la gente era muy negra y brillaba porque estaba mojada, daba la impresion de ser una raza africana, el paisaje que se observaba era bonito con el sol, la playa aquel montón de barcas a la orilla y todas aquellas sombras oscuras que destacaban entre tanta claridad. A l0 largo del camino encontramos grupos de gente en la carretera eran como familias enteras, con todas sus bolsas y sus crios que hacian autostop.

En la mayor parte del país no hay comunicaciones, ni trenes ni autobuses asi que el medio de locomoción de la gente es el autostop, y el coche o el camión que para y se los sube a todos de golpe, a cambio recibe cuatrocientos reales como pago, alIí todo el mundo puede ser un taxi particular, las condiciones del viaje suelen ser como sardinas en lata pero eso no es un problema porque en Yemen la comodidad aún no existe, solo la felicidad y la sonrisa. En Yemen se ven muchos camiones por la carretera pero la mayoria de las cargas que llevan sus cajas son casi siempre humanas y todos pasan riendose, mirando y diciendo adios. Después de parar en la boca del volcan llegamos a la playa de Bir Ali jamás había visto un lugar tan paradisiaco, parecía totalmente virgen, no habia qbsolutamente nadie, el agua era verde y transparente, la arena blanca, el suelo estaba lleno de conchas y en el agua había montones de medusas y peces de colores a tu alrededor mientras te bañabas, estaba caliente y no habia olas. AlIi nos dejaron hora y media rnientras el guía y los conductores se fueron a comer al pueblo y de paso no veian mujeres sin ropa; algunas no llevabamos bañador y nos bañamos como pudimos con camisetas ó incluso con toallas, Sonia después de bañarse me prestó su bañador cinco minutos pero tarde una hora en devolverselo porque aquello era una gozada. El guía había decidido que tuvieramos un día de relax ya que el día anterior habia sido una tremenda paliza. Cuando llegaron de comer se acercaron al agua con nosotras cosa que yo no me esperaba, Mohamed se puso un bañador que era mayor que él además se Ie veía todavía mas delgado que vestido, Alí bajó con sus pantalones europeos, era muy tímido y no Ie apetecía enseñar su bodi, el resto pasaron y el guía como es natural miraba de lado como ignorandonos y de vez en cuando repetía: -¡vámonos! Nos hacíamos los sordos l0 estabamos pasando pipa, Carmen cogió un monton de conchas y los gallegos jugaron como niños en el agua nosotras hicimos un monton de fotos con Jaime, Elena y Mohamed con el cual me bañé al estilo árabe y fué realmente excitante, el mejor baño de toda mi vida...... Luego fuimos a comer a un restaurante de pescado fresco, eso según el guía, según mi opinión ni era restaurante ni era pescado fresco, era un simple bar al lado de la carretera donde había aparcados camiones de soldados con montones de armas como siempre, estaba todo lleno de polvo, las cabras invadian la terraza y los periodicos hacían de mantel en una mesa de madera alargada, algunos yemenitas ocupaban el suelo mascando qat.

Llegamos con el pelo mojado y mucha hambre,pero Sonia y yo decidimos inspeccionar la cocina que era un hormo de piedra y leña con cantidad de porqueria en el suelo y los pescados tirados de cualquier manera, las manos de los cocineros estaban negras y al lado de l0 que simulaba ser una cocina estaban l0 que simulaba ser el baño, un suelo sin otra cosa que un agujero. Salimos a la calle y detras de una montaña de arena fabricamos nuestro propio baño, en cuanto a la comida pensar en comer allí era morirse asi que al lado habia una tienda y nos compramos galletas y chocolate. Mientras Sonia y yo comíamos sentadas en el suelo con los yemenitas observabamos al resto del grupo degustando aquel pescado fresco en compañía de las cabras que yo no hubiera tragado ni regalado.

Fué un día distinto a los demás, estuvo bien. Esa noche repetíamos hotel junto al mar, volví a salir con Mohamed ya que era siempre la misma historia, por la noche nos enfadabamos y durante el día hacíamos las paces, todo estuvo bien esa vez, paseamos tranquilos, hablamos y luego me acompañó a mi habitación por si acaso me ocurría l0 de la noche anterior. Carmen ya estaba acostada, cuando llegué me contó l0 que Ie había pasado con el frances: caminaba por la terraza hacia la habitación cuando vió que había alguien abajo observandola, como mirando hacia arriba y en el momento que entró , empezó a sonar el telefono, Ie hablaban en frances y Ie decían: -¿No te acuerdas de mi?, la otra noche estuvimos hablando.

-Te llamaba por si quieres tomar una copa. Carmen Ie dijo que no sabía quien era y que ella no había hablado con nadie, entonces el frances se picó y la mandó a la mierda (en frances).

-Esa noche tampoco pudo ser .....

بيكتوريا Fín de capítulo siete