Mis fotos de Yemen

ALLA DONDE ESTES...BATIENDO LOS ESTOMAGOS DE LA GENTE ENTRE LAS PIEDRAS DEL DESIERTO.......NUNCA TE OLVIDARE

22/12/09

DÍA DOCE: HODEIDAH Y MAHWEET

En Hodeidah l0 mas típico para ver es el mercado de pescado ....pues para allá fuimos A las siete y media de la mañana, era impresionante la actividad que allí se veía, los yemenitas iban y venían a gran velocidad con carretillos cargados de tremendos pescados, si no te apartabas te daban en las piernas, otros los llevaban en enormes cestos de mimbre. Nos acercamos a la rula y alIí estabamos como sardinas en lata nunca mejor dicho, creo que nos l0 tocaron todo, cuando nos dimos cuenta nuestros pantalones y nuestros zapatos estaban asquerosos.
La vista que había en el muelle era superbonita ya que tenía un inmenso colorido, los barcos y la ropa de los pescadores era de mil colores. El olor no era muy bueno a pesar de ser pescado fresco, los tiburones eran dignos de ver. Como siempre el calor era insoportable a esas horas de la mañana, solo tuvimos tres cuartos de hora para ver el mercado pero creo que fue suficiente. Continuamos ruta hacia la montaña pasando por pueblos muy bonitos, volviamos al paraiso de la Arabia Feliz, a encontrarnos de nuevo con la arquitectura de piedra, los verdes valles vertiginosos tallados en bancanales, con los pueblos de piedra altivos y dominantes como nidos de águilas. Cada poco tiempo tenemos que parar los toyotas porque todo es digno de ser fotografiado, el paisaje parece de cuento de hadas. Llegamos a Al Mahwet el pueblo mas alto de la montaña y nos llevamos la sorpresa de que allí vamos a pasar la noche, parece un sueño de l0 bonito que es, está encaramado justo en la picota de la montaña más alta, es todo de piedra marron preciosa, y escalonado como si fuera un belén, las calles son anchas y hay muchas escaleras, el hotel es buenisimo y muy coqueto, da la impresión de ser una estación de esqui solo que esas cosas allí son inexistentes. La cena es pasable, un pincho moruno que apenas se puede masticar de duro que esta, arriba cerca de las habitaciones hay una terraza al aire libre muy bonita donde se divisa todo el pueblo, todo el valle y donde tomamos el té, que nos sube un camarero silencioso. Cuando llega la noche a nadie Ie apetece acostarse porque ha salido la luna y parece que se ha sentado en la casa más alta iluminando el pueblo y haciendo juego con las lucecitas que salen de las vidrieras de las ventanas, es la única iluminación que hay en el pueblo, la luna y las lucecitas de las ventanas, nunca he visto nada tan coqueto, da la sensación de que estamos en Navidad, ó al menos en algún lugar perdido en el mundo, lejos de todo, fuera de todo, donde hay mucha paz y mucha belleza. La gente intenta plasmar el momento con las camaras pero eso solo podra hacerse con el recuerdo.
بيكتوريا
Fín del capítulo doce